Fin del Título 42

Puntos de discurso 11 de mayo de 2023 La frontera no está abierta Cualquier alusión de que la frontera estará abierta tras el fin del Título 42, este 11 de mayo, es falsa. Esta desinformación está siendo promovida por grupos anti-inmigrantes que pretenden elevar la narrativa de que la frontera será invadida y que el país estará en peligro cuando se levante la medida. De acuerdo a los anuncios de la administración Biden del pasado 27 de abril, se pondrán en marcha nuevas restricciones al asilo como la presunción de inelegibilidad para el asilo de aquellas personas que no cumplan una serie de requisitos, entre estos; Obtener una cita para cruzar la frontera con la aplicación CBP One; Haber solicitado y que se les haya negado el asilo o reconocimiento de la condición de refugiado en un tercer país camino a EE. UU. La falta de información y asesoría necesaria, más la brecha tecnológica y la barrera del lenguaje podrían resultar en la deportación acelerada de personas que se considere que no cumplen los requisitos. Es probable que cuando se levante el Título 42 en la frontera veamos grandes concentraciones de personas en espera de solicitar asilo, como consecuencia de la política de contención de los flujos migratorios en los últimos 3 años. Esta es una política que ha sido ejecutada no sólo por Estados Unidos, sino también por México y los Estados centroamericanos. Estados Unidos de América ha forzado a decenas de miles de personas a quedarse del lado mexicano de la frontera en condiciones inhumanas, donde sus vidas corren peligro. Estas personas tienen el derecho de llegar a la frontera y solicitar asilo, en busca de su seguridad personal y la de sus familias. Los EE. UU. debería buscar las mejores maneras de brindar protección y apoyo a estas personas.

Puntos de discurso

11 de mayo de 2023

La frontera no está abierta

  • Cualquier alusión de que la frontera estará abierta tras el fin del Título 42, este 11 de mayo, es falsa. Esta desinformación está siendo promovida por grupos anti-inmigrantes que pretenden elevar la narrativa de que la frontera será invadida y que el país estará en peligro cuando se levante la medida.
  • De acuerdo a los anuncios de la administración Biden del pasado 27 de abril, se pondrán en marcha nuevas restricciones al asilo como la presunción de inelegibilidad para el asilo de aquellas personas que no cumplan una serie de requisitos, entre estos;
    • Obtener una cita para cruzar la frontera con la aplicación CBP One;
    • Haber solicitado y que se les haya negado el asilo o reconocimiento de la condición de refugiado en un tercer país camino a EE. UU.
  • La falta de información y asesoría necesaria, más la brecha tecnológica y la barrera del lenguaje podrían resultar en la deportación acelerada de personas que se considere que no cumplen los requisitos.
  • Es probable que cuando se levante el Título 42 en la frontera veamos grandes concentraciones de personas en espera de solicitar asilo, como consecuencia de la política de contención de los flujos migratorios en los últimos 3 años. Esta es una política que ha sido ejecutada no sólo por Estados Unidos, sino también por México y los Estados centroamericanos.  
  • Estados Unidos de América ha forzado a decenas de miles de personas a quedarse del lado mexicano de la frontera en condiciones inhumanas, donde sus vidas corren peligro. Estas personas tienen el derecho de llegar a la frontera y solicitar asilo, en busca de su seguridad personal y la de sus familias. Los EE. UU. debería buscar las mejores maneras de brindar protección y apoyo a estas personas.

Política de contención fracasada

  • La política de contención de flujos migratorios, con la externalización de las fronteras de Estados Unidos hacia países como México se agudizó desde 2014, con la aprobación del “Plan Frontera Sur”. Esta política -que pretendía salvaguardar las vidas de las personas migrantes- ha resultado ser un fracaso. Las personas toman rutas más peligrosas, arriesgando sus vidas, su seguridad y su libertad, para llegar a su destino. En el 2022 se registró una cifra récord de personas que fallecieron intentando cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.
  • Estados Unidos ha malgastado recursos en una política de contención migratoria que evidentemente ha fracasado. Este esfuerzo no ha mejorado las situaciones extremas que obligan a las personas a huir de sus lugares de origen, problemáticas sociales que se vieron aún más exacerbadas desde la pandemia de COVID-19.

Causas fundamentales de la migración

  • Los factores que han venido forzando la salida de las personas de países de la región, como Haití, Venezuela, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, no están siendo abordados. No hay esfuerzos serios y responsables para abordar las causas fundamentales de la migración.
  • Los fondos otorgados a países de la región a través de Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), son insuficientes. No hemos observado una estrategia diplomática que aborde elementos cruciales como el fortalecimiento del estado de derecho, fundamental para abordar de manera integral estas causas, por lo que es predecible que los flujos migratorios sólo incrementen en los próximos años.
  • El gobierno de los EE.UU. ha decidido enfocarse de manera casi exclusiva en la promoción de la inversión extranjera directa, como si esta acción aislada fuera por sí misma capaz de cambiar las condiciones actuales de exclusión económica, social, política y cultural en países que han venido forzando a tantos de sus ciudadanos a migrar.
  • El abordaje de las causas raíz de la migración carece de un plan integral de desarrollo, genuinamente nuevo, con medidas de corto, mediano y largo plazo que conlleven a la transformación de las condiciones de vida para la mayoría de personas, de manera tal que los factores actuales de expulsión vayan desapareciendo.
  • Una de las causas fundamentales sigue siendo la violencia social. En el caso de El Salvador, aunque el gobierno reporta una reducción significativa en la cifra de homicidios, hay otras expresiones de violencia que no están siendo abordadas, como la violencia feminicida y violencia contra la población LGTB+, además, del incremento de la violencia estatal en el marco del régimen de exepción que ya lleva más de un año. En Nicaragua, desde 2018 hay un éxodo de personas que huyen del régimen de Daniel Ortega que se ha encrudecido en el último año. En Honduras, la violencia social sigue azotando a las comunidades, sumado a los ataques y asesinatos a personas defensoras del medioambiente y territorios. En Guatemala, la cifra de homicidios ha incrementado, además del deterioro democrático y represión contra voces opositoras.
  • Las políticas de asilo necesitan actualizarse a la realidad actual de la región. Además de las violencias, las personas en nuestro continente huyen de las consecuencias de los desastres ambientales provocados por el cambio climático que impactan desproporcionadamente a las personas más pobres. Estas personas se quedan sin modos de subsistencia debido a inundaciones, aumento de la temperatura o sequías extremas, siendo su única opción migrar hacia donde cuentan con una red de apoyo para encontrar un trabajo que les permita mantener con vida a sus familias. Eventos climáticos extremos destruyen viviendas y agricultura de subsistencia expulsan a familias. Estas personas merecen protección y por eso es urgente que las políticas se adapten a las condiciones y factores que expulsan a las personas, creando opciones para las personas impactadas por el cambio climático.

Las personas migrantes son una bendición (o un beneficio neto)

  • La narrativa anti-inmigrante promueve la falsa idea de que las personas migrantes son una carga económica para los países de destino. No hay evidencia sólida que respalde esta aseveración, ni en los Estados Unidos, ni en otras naciones. Al contrario, la evidencia muestra qué, tanto desde el punto de vista tributario como desde el punto de vista de generación de riqueza, las personas migrantes significan un preciado valor agregado a los países de acogida. En EE. UU., las personas inmigrantes contribuyeron con más de $330.7 mil millones en impuestos federales en 2019 y más de $492 mil millones de dólares en impuestos totales (incluidos impuestos estatales, municipales e impuesto sobre el consumo).
  • Estados Unidos es uno de los países más ricos gracias a la fuerza laboral de las personas migrantes. Es reprochable que siendo uno de los países más poderosos del mundo siga impulsando políticas que violan los derechos humanos de las personas migrantes y les impidan buscar protección y prosperidad a quienes buscan ingresar..
  • La administración Biden puede proteger a las personas migrantes que ya están dentro del país a través de programas humanitarios como el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), mientras el Congreso debe actualizar la desfasada política migratoria para permitir a las personas que viven y aportan al país desde hace décadas poder solicitar visas de residencia permanente. A la vez, Estados Unidos tiene la capacidad de abrir las puertas a las personas que están en la frontera en búsqueda de protección, a través de programas que les permitan integrarse a la comunidad donde desean asentarse y puedan obtener una autorización de trabajo rápidamente que les ayude a ser autosostenibles y mejorar las condiciones de vida de sus familias en sus lugares de origen.
  • La sociedad estadounidense ha sido víctima de una consistente campaña de promoción del odio en contra de personas migrantes. Dicha campaña fue engendrada hace más de cuatro decadas por fuerzas politicas extremistas, motivadas por la xenofobia y el racismo supremacista blanco. Sin duda alguna, la sociedad estadounidense enfrenta graves amenazas tales como la desigualdad económica, la exclusión de millones de personas a sistemas de cuidado médico que, aun para los que lo tienen, son cada día más costosos y de peor calidad; el creciente patrón de asesinatos perpetrados en contra de grupos de personas, entre otras problemáticas. Estas son algunas de las amenazas que deberían estar siendo atacadas, en vez de utilizar a las personas migrantes como factor de distracción.